EDUCATION & COACHING EXPERIENCES

Un blog dedicat als apassionats pel bàsquet que els agrada pensar i reflexionar

dimecres, de juny 27, 2012

EL DÍA QUE LAS SUPERMAGNÍFICAS ROTACIONES DEJARON PASO A LOS 5 MAGNÍFICOS

Nota aclaratoria: retomo este artículo unos días después de empezar a escribirlo, a sabiendas de que ahora ha perdido parte de su frescura, de su actualidad, aunque el tem siga siendo apasionante como asunto de debate entre la comunidad de entrenadores. Después del 4º partido de la serie de play-off de la final de la Liga Endesa, estas fueron mis reflexiones.

En unos tiempos de hiperaceleración de los cambios y las rotaciones en el baloncesto, Xavi Pascual se doctoró en las lides del baloncesto profesional jugando contra todo un Real Madrid con una rotación de 3 pívots y apenas 5 jugadores de perímetro. Inédito Eidson, lesionado Ndong y casi testimonial Ingles, la rotación de Pascual acabó siendo un juego de ajedrez con su rival en los banquillos, Pablo Laso. Sólo cinco de los ocho jugadores del Barça que jugaron anotaron, si es que dejamos a Ingles (1 punto) fueran de la terna de esos cinco mosqueteros anotadores.

Resulta curioso que así hayan ido las cosas siendo el propio Laso, con eso de tener a algunos de sus jugadores durante 10, 12 o 14 minutos seguidos en cancha esta temporada, el que haya sucumbido a ese baloncesto de otra época, de apenas cambios, de mirar poco o nada al banquillo, de confiar en la gente en cancha -para Pascual no había mucho margen con Perovic descartado, Ndong lesionado y Eidson fallando estrepitosamente en la serie-, de engañar con la zona o bien con la individual, de poner una defensa mixta. Toda una lección, digamos, de variaciones estratégicas en el juego.

Lo que más me gustaría destacar, sin embargo, es otro rasgo del 4º partido que resultó clave para que el Barça Regal recompusiese su semblante en cancha y recuperase la opciones de ganar esta Liga Endesa. Y es que ya Laso durante la temporada había empezado a descarrilar el mito de las supermagníficas rotaciones, como digo, manteniendo en cancha a los jugadores que merecen seguir en cancha. La antítesis la tenemos en Aíto, tanto el de la última época del Barça, como el del juego hiperactivo de la Penya, o el menos reluciente del Unicaja. Y es que yo a Xavi Pascual lo ponía más del lado de las rotaciones constantes de Aíto -a veces me han parecido excesivas, efervescentes-, que no de la pausa suficiente, y por tanto la paciencia, de un Pablo Laso que ha dado muestras que el proyecto del Real Madrid no le quedaba ni mucho menos grande.

En el 4º partido, Pascual me demostró que podía adaptarse, en este caso por necesidad, a un partido más lento, con más variantes y variaciones estratégicas, con menos cambios de jugadores. Es decir, otro baloncesto al que acostumbra a jugar más frecuentemente el Barça Regal. Por parte del Barça cumplieron 5 magnífico, o 5 mosqueteros, y el cuerpo técnico. Y es así que Xavi Pascual se supo doctorar en el baloncesto profesional. Del de Gavà ya sabíamos su preocupación por los aspectos defensivos, del que es un obsesivo, y la variedad de movimientos de ataque: sólo le faltaba soltarse un poco y poder presentar, de manera sopresiva, esa mixta y esas zonas. Felicidades al técnico por desmelenarse en su guión de juego y al Barça Regal por una de las mejores finales de los últimos años.